"Es una sensación increíble estar en la pasarela… una sensación agradable que valoro con todo mi corazón", comentó Rafeea antes de presentar los vestidos de la diseñadora libanesa Aiisha Ramadan en Dubái.
La carrera de modelo, algo muy normal y aceptado en el mundo occidental o asiático, todavía sigue siendo un tema controvertido en las conservadoras sociedades musulmanas, escribe el France 24.
En los países donde muchas mujeres se cubren hasta la cabeza con burkas negras, ser una modelo al estilo occidental es, para ponerlo de manera ligera, un poco complicado.
"Me considero una chica valiente. <…> Tardé ocho años para estar aquí frente a las cámaras", afirmó Al Hajsi.
Mientras la sociedad emiratí se abría poco a poco, la modelo pasó de presentar vestidos tradicionales musulmanes a ser anfitriona de los shows televisivos, algo que le ayudó a progresar hacia el mundo de la moda.
Aiisha Ramadan, cuyos vestidos presentó Rafeea en la pasarela, destacó su figura femenina como una ventaja notable ante "las modelos súper-flacas" tan populares hoy.
"[Al Hajsi] 'tiene una cintura'. Otras mujeres pueden relacionarse con ella. Rafeea representa una bella chica árabe", comentó la creadora.
Para las modelos árabes, conseguir éxito en el mundo de la moda suele ser difícil, admite Ramadan. "A menudo se necesita revelar mucha piel para salir a nivel internacional, y esto puede ser inaceptable en su cultura", afirmó.
Rafeea tiene sus límites que prefiere no transgredir. Aunque puede ser "doloroso" rechazar nuevas oportunidades o ciertos vestidos provocadores, la emiratí asevera "respetar su sociedad y su familia", así como dice haber llegado "a un nivel donde se siente satisfecha".
