Según el mandatario turco, el estado de excepción "no fue impuesto para obstaculizar la vida cotidiana, sino para combatir a terroristas" y resulta que "tres meses no son suficientes".
Turquía vivió en la noche del 15 de julio un intento de golpe militar que causó unos 290 muertos sin contabilizar a los amotinados y más de 2.000 heridos.
Las autoridades turcas acusaron al predicador musulmán Fethullah Gülen de impulsar la intentona aunque él lo rechaza desde su exilio en EEUU.
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Por su parte, el viceprimer ministro turco, Mehmet Simsek, aseguró que la extensión del estado de emergencia, reforzará la estabilidad en el país.
"Es una medida temporal para garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos y reforzar la estabilidad, la paz y la fraternidad en el país", dijo en una entrevista a la agencia Anadolu.
Simsek adelantó que "el Gobierno examinará la propuesta y tomará la decisión".