"Las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia necesitan otra base aérea en Siria, además de Hmeymim", dijo el experto en una entrevista con RIA Novosti.
Rusia comenzó una operación aérea en Siria el 30 de septiembre de 2015, a petición de Damasco, para detener la expansión de grupos yihadistas.
La ofensiva duró cinco meses y medio y, según el Ministerio de Defensa ruso, ayudó a trastornar el suministro de armas y municiones a los grupos yihadistas, cortar los principales canales del tráfico de petróleo y eliminar a miles de terroristas.
Al mismo tiempo, el presidente Vladímir Putin dejó claro que Rusia mantendrá su presencia militar en el puerto sirio de Tartus y en el aeródromo de Hmeymim.
Esta base aérea, sin embargo, no es apta para el aterrizaje de bombarderos estratégicos Túpolev Tu-160, Tu-96MS y Tu-22 que Rusia usa en la campaña de Siria desde mediados de noviembre de 2015 y que acostumbran a partir de Mozdok y otros aeródromos rusos, aunque en algunas ocasiones hicieron escala para repostar en el aeródromo iraní de Hamadán.