"China está preocupada por la intensificación del conflicto (…) El alto el fuego es una condición importante para la solución política en Siria y una garantía importante para mejorar la situación humanitaria y combatir de forma eficaz a los terroristas", dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Geng Shuang.
El 12 de septiembre se declaró en Siria una tregua que el Ejército gubernamental abandonó al cabo de una semana alegando numerosas infracciones por parte de los insurgentes.
Más tarde, las tropas gubernamentales relanzaron la operación militar contra los terroristas del Frente al Nusra (Frente Fatah al Sham) y los grupos rebeldes en el este de Alepo. El Ejército se propone restablecer pleno control sobre esta ciudad, la segunda en importancia de Siria.
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, dijo que fuentes sobre el terreno estiman en más de 200 el número de los muertos que la ofensiva habría causado en Alepo, incluyendo decenas de mujeres y niños, pero reconoció que es imposible cotejar esta cifra independientemente.
Por su parte, el embajador de Siria ante la ONU, Bashar Jaafari, subrayó que los militares habían pedido a los civiles mantenerse a una distancia prudente de los centros de mando y los grupos terroristas. Estos últimos, dijo, siguen usando a la población de Alepo en calidad de escudo humano.
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El armisticio declarado el 12 de septiembre era el punto fundamental de un paquete de acuerdos entre EEUU y Rusia que, por lo que trascendió a la prensa, estipulaba también garantizar el libre flujo de ayuda humanitaria, ante todo en Alepo, separar de los terroristas a grupos armados de la oposición "moderada" y, cuando la tregua se volviera sostenible, establecer un centro de implementación conjunto para coordinar los ataques aéreos rusos y estadounidenses paralelamente a la suspensión de vuelos de la Fuerza Aérea de Siria en zonas designadas.