"Endosamos en el ministro del Interior y los demás miembros del Gobierno la responsabilidad por esta sangre derramada", dijo el hermano de Nahed Hattar, Majeed.
Mientras, el Gobierno de Jordania ya condenó el asesinato de Hattar.
El ministro de Estado para los Medios de Comunicación y portavoz del Mohammad Momani, expresó la confianza de que los organismos judiciales y de seguridad de Jordania investigarán el delito y llevarán al juicio a su autor.
Momani, citado por la agencia Petra, resaltó que "el Gobierno responderá con un puño de hierro a cualquiera que intente aprovechar este crimen para propagar la retórica del odio en la sociedad".
El escritor fue arrestado el pasado agosto, pero estuvo en la cárcel menos de un mes porque el pasado 8 de septiembre la justicia ordenó su libertad bajo fianza.
El último juicio contra el escritor fue resultado de una caricatura que Hattar había publicado en su página de Facebook.
La viñeta representaba a un árabe en el paraíso, acostado en la cama con dos mujeres y pidiendo a Alá que le sirva vino.
El Gobierno jordano había prohibido a Hattar escribir para la prensa jordana y en los últimos años lo hacía para el diario libanés "Al-Akhbar", que sigue la línea del movimiento chií libanés Hizbulá.
El escritor estaba considerado como simpatizante del presidente sirio, Bashar el Asad, y el régimen de Damasco lo invitó a un encuentro con el mandatario sirio hace tres años.
El propio Hattar dijo que no buscaba herir los sentimientos de nadie, solo ridiculizar la actitud de los yihadistas a la religión.
El asesinato de Hattar puede estar vinculado con artículos recientes en los que se burlaba del Daesh (acrónimo árabe de Estado Islámico, considerado terrorista por varios países, entre ellos Rusia).
Su muerte ha causado una tempestad en las redes sociales y protestas en localidades jordanas.