Además, ha indicado que "el grado de determinación de Ankara para crear una alianza con Moscú y Teherán en Siria se hará más evidente después de la próxima visita a Turquía del vicepresidente de EEUU, Joe Biden, y el viaje del mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, a Irán".
A juicio del experto, al involucrar a los kurdos en la operación militar en Hasaka, EEUU toma medidas preventivas para evitar su inminente caída, que se producirá en caso de que Turquía, Rusia e Irán establezcan una alianza tripartita.
"Hasta hoy, Rusia e Irán habían sido los garantes del mantenimiento de las relaciones amistosas entre los kurdos sirios del Partido de la Unión Democrática y Damasco", ha detallado Mahalli, además de añadir que "el desacierto histórico de los kurdos consiste en su elección de cooperar con EEUU".
"La verdad es que Turquía es el objetivo del Occidente en su 'gran juego' dentro del problema sirio. En Siria viven 3 millones de kurdos, en Irak 8 millones, mientras que en Turquía la población kurda es de entre 15 y 20 millones", ha apuntado Mahalli. Turquía está "además, en el punto de mira de los islamistas", ha agregado.
El partido principal de Turquía, ha explicado, recurre a la retórica que se ha formado durante los últimos cinco años, en los que se han mantenido contactos con varios grupos islamistas en el marco de la llamada 'primavera árabe', por lo que el país se encuentra en una situación muy difícil.
"Lo más correcto que Ankara puede hacer ahora es —reconociendo sus errores y fracasos— empezar a actuar de una manera clara para salir del estancamiento. Las autoridades turcas no pueden demorarse en actuar", ha precisado. "En caso de que Turquía decida esperar hasta las elecciones presidenciales en EEUU, las consecuencias pueden tener resultados impredecibles", ha añadido.
Además, Mahalli ha advertido de que un "retraso podría convertirse en un desastre que provocaría una división del país".
"Esta región es un verdadero barril de pólvora, la configuración de las fuerzas allí puede cambiar en cualquier momento. Si en Hasaka se inician disturbios a gran escala (…), ¿quién será capaz de mantener el control sobre el territorio? Lo hemos visto en Irak tras la invasión estadounidense. Pero, ¿a quién le preocupa esto? Por supuesto, no a Occidente", ha concluido el experto.