El artefacto explosivo, activado a distancia, estalló al paso del vehículo blindado en el que viajaban los militares.
Se sospecha que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) está detrás de la explosión.
Las provincias del sureste de Turquía son desde julio de 2015 escenario de choques regulares entre las fuerzas de seguridad y los combatientes del PKK, proscrito en el país.
La nueva espiral de violencia que, según diversas evaluaciones, causó desde entonces centenares de víctimas y entre 355.000 y medio millón de desplazados internos, siguió a varios meses de creciente tensión en las zonas kurdas a ambos lados de la frontera turco-siria y dio al traste con un acuerdo de alto el fuego logrado en 2013 entre el PKK y el Gobierno turco.
El conflicto causó más de 40.000 muertos, según algunas estimaciones.
El PKK fue designado organización terrorista por Turquía, así como por tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad —EEUU, Francia y Reino Unido— pero no por China y Rusia, ni por la ONU como tal.
La formación también está proscrita en la UE aunque un tribunal europeo ordenó retirarla de la lista negra.