"En nuestro ministerio 1.500 personas están suspendidas del trabajo y este número puede crecer", dijo el ministro de Finanzas turco, Naci Agbal, durante una reunión del Gobierno al contestar a la pregunta del primer ministro sobre las medidas tomadas contra los supuestos partidarios de Gulen.
Turquía vive las consecuencias de un intento de golpe militar que se produjo el 15 de julio y se saldó con 232 muertos, incluyendo a 145 civiles, 60 policías, 3 soldados y 24 golpistas, según los últimos datos oficiales.
El número de los heridos es superior a 1.500, entre ellos 50 golpistas.
Después de sofocar el motín, las autoridades empezaron una purga en las FFAA, otros cuerpos de seguridad y organismos del poder judicial para identificar a los representantes del 'Estado paralelo', seguidores del clérigo islamista Fethullah Gulen a quien Ankara identifica como impulsor de la intentona y cuya extradición exige a EEUU.
Gulen, por su parte, niega todas las acusaciones en su contra.
Desde el pasado viernes en Turquía fueron detenidos más de 7.500 sospechosos, en particular más de 6.000 militares, según el primer ministro turco, Binali Yildirim.