Estados Unidos busca la manera de mantener a sus aliados, Turquía y Arabia Saudí, fuera de la operación militar en Siria ya que provocaría un mayor conflicto con Rusia.
Para la mayoría de los países de la OTAN, la posibilidad de una intervención militar de un miembro de la alianza en un país destrozado por la guerra, en la que toman parte muchas potencias entre ellas Rusia, se presenta muy alarmante, reza el artículo.
"Siria se está yendo fuera de control. La situación en la parte norteña de Siria puede cambiar el curso entero de la guerra", cita el diario a Charles Lister miembro del Instituto de Oriente Próximo.
Ankara y Riad tienen miedo de actuar en Siria sin el consentimiento de Washington. Sin embargo, están indignados porque EEUU no contrarresta la campaña militar rusa que colabora con el presidente sirio Bashar Asad.
Arabia Saudí también está preocupada por el rápido descenso de su influencia en la región y en las negociaciones intersirias. Riad teme más que todo a su mayor rival en la región: Irán. Los saudíes crearon el pasado diciembre una alianza militar de países islámicos, de 34 miembros, para contener precisamente al estado persa. Por la misma razón el reino islámico empezó maniobras sin precedentes, en las que participan unos 20 países como Sudán, Egipto, Marruecos, Jordania, Nigeria, Pakistán y Malasia, entre otros.
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Washington quiere en los próximos meses aumentar su participación en la operación contra Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y en varios países). Asimismo, se supone que los suministros de armas a la "oposición moderada" también se incrementen. Según los militantes, ellos están obteniendo armamentos como morteros y proyectiles modernos.