Olmert fue sentenciado a seis años de cárcel por dos casos en los que el tribunal lo declaró culpable de aceptar sobornos relacionados con la construcción del complejo residencial Holyland, en Jerusalén.
Pero en diciembre, el Tribunal Supremo redujo su sentencia a 18 meses y lo exculpó de uno de los cargos. La semana pasada, el Tribunal de Magistrados de Jerusalén le añadió un mes de sentencia, después de que Olmert se declarara culpable de obstrucción a la justicia.
Este fue el primer reconocimiento de culpabilidad del ex primer ministro, que había mantenido su inocencia durante ocho años de proceso legal.
Olmert admitió haber intentado persuadir a su ex secretaria Shula Zaken de que no testificara en su contra en el caso Holyland y en otro caso relacionado con pagos del hombre de negocios estadounidense Morris Talansky.
Zaken ya cumplió una sentencia de cárcel por su implicación en la trama de Holyland. En grabaciones secretas realizadas por Zaken, se oye a Olmert diciendo "Si no me absuelven, no absolverán a nadie" y también cómo Olmet le ofrece a Zaken pagarle los gastos legales de defensa a cambio de su silencio.
Olmert tendrá unas condiciones especiales en la cárcel, ya que como ex primer ministro, conoce secretos de Estado.
El Servicio de Prisiones de Israel decretó que no puede estar en contacto con presos encarcelados por delitos de crimen organizado ni con los que cumplen condena por haber cometido delitos relacionados con la seguridad nacional.
Olmert será, junto al expresidente israelí Moshe Katsav —que cumple cárcel por violación-, el cargo israelí más alto en prisión.
