El Gobierno israelí lanzó una serie de nuevas medidas en noviembre tras el estallido de una ola de violencia en octubre.
Entre estas normas, aprobadas por el Comité Ministerial Israelí para la Legislación, se encuentra la ley que permite condenar a menores de edad desde los 12 años a arresto domiciliario por delitos considerados “de motivación nacionalista”.
A las familias de los acusados se les podrá imponer el pago de multas de hasta 10.000 shekels (2.580 dólares).
La ley está claramente dirigida a los jóvenes palestinos que suelen enfrentarse a las fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén este.
Las fuerzas israelíes detuvieron en el 2015 a más de 1.900 palestinos en Jerusalén este, la parte palestina de la ciudad ocupada por Israel desde 1967.