"La UE y sus Estados miembros tendrían que tomar medidas adicionales para diferenciar entre Israel y los asentamientos ilegales", señaló Konecny a Sputnik Nóvosti.
La normativa aprobada es "la manera más práctica para la UE de ayudar a preservar la posibilidad de una solución de dos Estados. También hace la perspectiva de anexarse Cisjordania al Gran Israel menos atractiva".
Konecny ha trabajado en este tema y en otras cuestiones de política exterior de la UE para diversas organizaciones, en Bruselas, durante unos años. Ahora lidera el EUMEP, una ONG independiente.
"La esencia del tema del etiquetado es muy simple. Desde la perspectiva de la UE, los territorios ocupados no son parte de Israel y por lo tanto, los productos de esta zona no tienen que ir etiquetados como procedentes de Israel sino de las colonias, para que el consumidor sepa lo que compra", explicó Konecny.
"Pero no es nada comparado con la total prohibición de importar productos de Crimea adoptada por la UE después de la anexión de Rusia", recalcó.
Konecny subrayó que "Israel se queja de que se le señala, pero lo que le distingue es que durante décadas de ocupación y expansión de asentamientos no ha tenido que enfrentarse a ninguna consecuencia internacional".
"La aplicación laxa de las normas legales de la UE durante años ha beneficiado a la expansión de los asentamientos. Etiquetar los productos para el consumidor es solo una acción en una área", indicó Konecny.
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Agregó que la UE y sus Estados miembros "deberían de ajustar ahora la aplicación de sus reglas a todo el ámbito de sus relaciones con Israel".
El valor de las importaciones de productos de asentamientos por parte de la UE fue de unos 230 millones de euros el año pasado, el 2% de todo el comercio con Israel, según datos de EUMEP.
