"Hay más de 7.000 restos de explosivos en Gaza desde el último conflicto y siguen causando lesiones y daños: el 13 de mayo una munición no explotada (UXO, por sus siglas en inglés) hirió a dos personas en Gaza", ha explicado el portavoz de la UNRWA, Chris Gunness.
La última ofensiva israelí en Gaza, que duró desde el 8 julio hasta el 26 agosto de 2014, causó una destrucción sin precedentes en la Franja.
El Ejército israelí lanzó 5.085 ataques aéreos, 8.210 misiles, 15.736 proyectiles navales y 36.718 proyectiles de tierra, mientras que los grupos armados de Gaza dispararon unos 4.584 cohetes y 1.676 morteros hacia Israel, una pequeña parte de los cuales cayeron dentro de la propia Franja.
La presencia de estos explosivos amenaza la vida y la integridad física de la población, impide la respuesta humanitaria urgente y en muchos casos paraliza los esfuerzos de reconstrucción, además de limitar la actividad económica y el regreso de los desplazados internos a sus casas.
"Es una de las historias olvidadas de Oriente Medio y sigue siendo una amenaza constante para la población civil en Gaza, incluidos unos 950.000 niños", afirmó Gunness.
Las autoridades de Gaza y algunas ONG han llevado a cabo campañas para advertir a la población de la Franja de que no toque los explosivos que encuentre y avise a la policía; se ha intentado concienciar de forma especial a los niños, pero aún así, se producen accidentes.
"Imaginen cómo es criar a tus hijos cuando los espacios públicos en los que juegan están llenos de explosivos que amenazan la vida", ha afirmado Gunness.
La ofensiva militar israelí "Margen Protector" acabó con la vida de 2.200 palestinos y más de 11.000 resultaron heridos.
Además, más de la cuarta parte de la población, de 1,8 millones de habitantes, resultó desplazada y aún hay 100.000 personas sin hogar.
El 13% de las viviendas de Gaza quedaron dañadas, 17 de los 32 hospitales de Gaza sufrieron daños y seis permanecen cerrados, cuatro de las 97 clínicas de salud primaria de Gaza fueron completamente destruidas, y otras 42 sufrieron daños; al menos 17 de ellas permanecen cerradas.
En cuanto a las escuelas, 26 quedaron destruidas y 122 sufrieron daños, entre ellas 80 colegios de la UNRWA.
La actividad económica de Gaza está seriamente mermada por la guerra: 128 empresas y talleres fueron destruidos y 419 quedaron afectados.
Esta destrucción se añade al daño que habían provocado conflictos anteriores y ha agravado la ya difícil situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde se ha producido una mayor degradación de la ya insuficiente capacidad de saneamiento del agua y ha aumentado la inseguridad alimentaria, además de haberse reducido el acceso a la asistencia sanitaria.