Los negociadores del Likud, partido líder de la derecha, encabezado por Netanyahu, están preocupados por las dificultades que aún persisten en las conversaciones con los partidos La Casa Judía (ultraderecha religiosa), Shas (religioso ultraortodoxo) e Israel Nuestra Casa (ultraderecha).
Uno de los últimos puntos de fricción ha sido el rechazo del jefe de Shas, Arye Dery, del nombramiento de un miembro de La Casa Judía como viceministro de Servicios Religiosos, cartera que va a encabezar Dery.
"De la misma menara que el ministro de Educación es responsable de la educación, y estoy seguro de que va a representar a todos los niños israelíes, tienen que confiar en el ministro del Shas de Servicios Religiosos", dijo Dery anoche, en referencia a que probablemente, el titular de Educación será un representante de La Casa Judía.
Una fuente del Likud indicó que la crisis sobre el ministerio de Servicios Religiosos estaba en un callejón sin salida. También afirmó que el líder de La Casa Judía, Naftali Bennett, estaba exigiendo la asignación de 2.500 millones de shekels (648 millones de dólares) para el ministerio de Educación para sellar un acuerdo con el Likud.
Netanyahu ha logrado, hasta ahora, pactar la entrada en su coalición de Gobierno de Judaísmo Unido de la Torá (religioso ultraortodoxo) y de Kulanu (Todos Nosotros, derecha), cuyo líder, Moshe Kahlon, ya tiene asegurada la cartera de Finanzas.
Las negociaciones con los partidos han sido y aún son más complicadas de lo previsto inicialmente. Y por si Netanyahu no tuviera suficiente con estos problemas, el jefe del partido Hay Futuro y ex-ministro de Finanzas, Yair Lapid, ha escrito una carta al primer ministro en la que amenaza con recurrir a la Corte Suprema de Justicia si Netanyahu insiste en nombrar al líder de Judaísmo Unido de la Torá, Yaakov Litzman, como viceministro de Sanidad.
En la carta, Lapid argumenta que el puesto requiere un ministro del gabinete, que la figura de un viceministro no es suficiente.