Entre los arrestados hay cuatro niños de uno, tres, ocho y once años.
Los menores viajaron acompañados de tres hombres y dos mujeres, con edades comprendidas entre los 21 y 47 años.
La policía sospecha que son miembros de una familia de Rochester (norte de Inglaterra) que planeaban unirse al Estado Islámico (EI) o al Frente al-Nusrat, los grupos islamistas radicales con mayor presencia en Siria.
"Lo que es obviamente preocupante es por qué presuntamente intentaban llevar a niños tan pequeños y vulnerables a una zona de guerra", cuestionó hoy el subjefe de la policía de Manchester, Ian Wigget, añadiendo que "un ambiente tan volátil y peligroso no es lugar apropiado para menores".
El grupo podría ser deportado a Reino Unido este mismo jueves, según indicaron las autoridades de Turquía.
Se estima que más de 600 británicos han viajado a Siria en los últimos años, pero es la primera vez que una familia numerosa es interceptada en ruta hacia el territorio del autoproclamado califato islámico.
No obstante, el mes pasado se confirmó que nueve estudiantes de medicina cruzaron la frontera de Turquía para unirse al EI.
La mayoría son jóvenes británicos con familiares en Sudán, donde cursaban sus estudios.
También el mes pasado el Gobierno de Ankara deportó a Londres a cuatro jóvenes que viajaban hacia Siria.
Un informe de la ONU, publicado hoy, estima que más de 25.000 extranjeros se han unido a las milicias islamistas del EI o Al Qaeda.
La mayoría de estos militantes, en torno a los 22.000, se habrían desplazado a Siria e Irak; unos 6.500 a Afganistán; y el resto a Yemen, Libia Paquistán y Somalia.
El número de extranjeros combatientes se ha disparado un 71% en los doce meses desde marzo de 2014, según advierte la ONU.