A pesar de las alertas, efectuadas antes del ataque que lanzó Hizbulá el miércoles contra unos blindados israelíes y que mató a dos soldados e hirió a siete más, el Ejército no cerró las carreteras de la zona al tráfico, según ha informado el Canal 10 de televisión de Israel.
Hace diez días, el Ejército estableció un puesto de control en la carretera de acceso al pueblo de Ghajar, una ciudad dividida que está atravesada por la frontera entre Israel (territorio sirio ocupado) y el Líbano, y estacionó un vehículo blindado allí.
El área donde se produjo el ataque del miércoles se encuentra muy cerca del puesto de control, por lo que se creen que el grupo chií libanés Hizbulá lo estaba controlando.
El ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, defendió anoche en una entrevista con el Canal 10 la decisión de mantener la carretera abierta. Según él, el sinuoso camino que conecta con la vía de acceso a Ghajar no está expuesto al lado libanés. "Es esencial transitar por este camino, es imposible ahogar el norte por completo", indicó Yaalon.
Sobre los asesinatos de un general iraní, otros militares iraníes y miembros de Hizbulá el 18 de enero en Siria, cerca de la frontera con Israel, atribuidos a un ataque israelí, Yaalon se negó a decir lo que Israel "sabía o no sabía, o hizo o dejó de hacer".