Los yihadistas usan las iglesias saqueadas en localidades como la de Qaraqosh —en Irak- como centros donde torturan a los cristianos locales. En estos templos encierran a los prisioneros, los obligan a convertirse al Islam y cometen con ellos toda clase de abusos.
"El Estado Islámico tiene el objetivo declarado de acabar con el cristianismo", ha señalado Jay Sekulow, del Centro Americano para la Ley y la Justicia.
"Por eso que están crucificando cristianos, incluso a niños, destruyen iglesias y venden los objetos que contienen. Este grupo no se detendrá ante nada que le permita recaudar fondos para su misión terrorista", ha dicho Sekulow.
Estos artefactos y antigüedades robados en las iglesias se venden después en el mercado negro y van a parar a coleccionistas occidentales. Su dinero ayudar a financiar los crímenes del EI.
Esta organización ha recaudado más de 29 millones de euros solo con la venta de artículos robados en iglesias de la localidad siria de Nabaq, según de The Christian Post.
No está claro qué objetos de las iglesias han sido robados por el Estado Islámico y cuáles pueden haber sido saqueados por otras personas. Pero el EI ha dejado claro que tiene intención de destruir a cualquier grupo religioso que no esté de acuerdo con su interpretación del Islam.
Los yihadistas se han hecho con el control de iglesias y lugares cristianos que han destruído, sobre todo, el verano pasado.
Entre los lugares importantes que han destrozado se encuentra la tumba de Jonás en Mosul. El EI aboga por eliminar a los infieles que no se conviertan al Islam e incluso a los musulmanes de otras sectas o que no suscriban sus principios.