"Ahora es el momento de paliar las consecuencias de la catástrofe, enterrar a los muertos y curar a los heridos. Pero prometo que los responsables por esta catástrofe pagarán el precio", dijo en su discurso ante la nación, transmitido por la televisión pública del país.
Diab llamó a "los países hermanos y amigos" del Líbano que ayuden al país a curar sus "heridas profundas".
El 4 de agosto en la zona del puerto de Beirut se produjo una potente explosión, precedida por un pequeño estallido. Según estimaron sismólogos jordanos, la segunda explosión liberó una energía equivalente a la de un sismo de magnitud 4,5.
Más de 60 personas fallecieron y más de 3.000 resultaron heridas a causa de las explosiones, según el ministro de Salud del Líbano, Hamad Hasan. El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, afirmó que las explosiones afectaron la mitad de los edificios de la capital libanesa.
El jefe del Servicio de Seguridad del país, el general Abbas Ibrahim, informó que según los datos preliminares las explosiones se produjeron después de que detonaran materiales explosivos almacenados durante mucho tiempo en el puerto.