Gantz recibió el apoyo de 74 diputados, incluidos los del partido de Netanyahu, el Likud, y sus aliados religiosos y de ultraderecha.
A raíz de esta maniobra de Gantz, Azul y Blanco se dividió este 26 de marzo. El líder de la coalición se autonominó para ocupar el puesto de presidente de la Knéset.
Gantz alegó que esta era la única manera de mantener viva la posibilidad de formar un gobierno de unidad con el Likud, el partido líder de la derecha que encabeza Netanyahu.
Los colíderes de Azul y Blanco, Yair Lapid y Moshe Yaalon, que criticaron la medida, presentaron este 26 de marzo una solicitud para dividir su lista en la Knéset. Sus dos facciones permanecerán como una bajo el nombre de Azul y Blanco, pero podrán actuar de forma independiente.
Su solicitud se produjo momentos antes de que la Knéset se pusiera a votar sobre la nominación de Gantz.
El Likud ha criticado la legislación y ha dicho en repetidas ocasiones que la elección de Cohen terminaría inmediatamente con las conversaciones sobre la formación de un gobierno de unidad con entre Azul y Blanco y el Likud.
Gantz, que había asegurado que no entraría en un gobierno con alguien imputado como Netanyahu, acusado por tres casos de corrupción, se esfuerza ahora por formar un ejecutivo de emergencia, incluso yendo en contra de sus aliados.