"Esta es una pandemia global, tanto si los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) lo llaman así o no, es cuestión de días u horas. Dudo que haya habido una pandemia similar en los últimos 100 años, parece que la tasa de infección es mayor de lo que imaginamos", dijo Netanyahu.
"La suposición de que el virus desaparecerá o se evaporará en climas cálidos no está probada. Por el momento, esto no tiene ninguna base sobre la que podamos elaborar. El virus se está extendiendo actualmente a África. No hay vacuna y los medicamentos antivirales son ineficaces", observó el líder del Likud, partido principal de la derecha.
Netanyahu constató que las economías están empezando a verse perjudicadas.
"Los gobiernos están ordenando que se cierren sus puertas. Esto es importante para el suministro de productos para todas las economías. Nadie sabe cómo terminará la pandemia", agregó.
Este paciente, de 38 años, "está luchando por su vida", dijo Netanyahu.
El primer ministro señaló que está en contacto con otros líderes mundiales y que ha discutido sobre cómo cooperar a nivel internacional para detener la propagación del brote.
El virus ha contagiado ya a más de 105.000 personas en todo el mundo y ha matado a más de 3.500 personas.
El primer ministro comentó que el virus no parece afectar a jóvenes y a niños y dijo que quería que miembros de las fuerzas de seguridad y grupos juveniles desinfectaran los lugares públicos.
El domingo 8 se anunciará si la medida afectará a los vuelos procedentes de Nueva York, Washington y California.
Israel ya ha puesto en cuarentena a unos 80.000 de sus ciudadanos procedentes de otros países y ha prohibido la entrada a los extranjeros de una gran cantidad de países europeos y asiáticos.
También se ha desaconsejado a los ciudadanos que viajen si no es estrictamente necesario y se han cancelado numerosos eventos.