"Espero que con nuestra última operación [en Idlib sirio] hemos demostrado al mundo entero que somos un país que sabe hacer guerra, pero no la quiere", dijo al intervenir ante el grupo parlamentario del Partido de la Justicia y el Desarrollo.
Según Erdogan, tras la operación turca en Idlib, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), prohibido en Turquía, intensificó su actividad en otras regiones de Siria.
"Si nos replegamos, los terroristas se dirigirán hacia nuestro país", afirmó.
La situación en Idlib se agravó después de que el grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (anteriormente conocido como Frente al Nusra, prohibido en Rusia) lanzara el 27 de febrero ataques masivos en Idlib a los que el Ejército sirio respondió con un bombardeo aéreo que mató a 36 soldados turcos, mientras que más de 30 personas resultaron heridas.
Enseguida, después de recibir la información sobre las víctimas entre los militares turcos, la parte rusa tomó las medidas para garantizar el cese del fuego total por las tropas sirias, también fue organizado el traslado de muertos y heridos al territorio turco. En el Ministerio de Defensa de Rusia subrayaron que la aviación rusa no fue usada en la zona.
El canciller ruso había acusado a Turquía de incumplir algunos de sus compromisos clave para solucionar la situación en Idlib, en particular en la parte de separar a los terroristas de la oposición armada que esté dispuesta a dialogar con el Gobierno sirio en el marco de un proceso político.