"No estamos satisfechos con los resultados logrados", dijo Kalin.
El portavoz añadió que Turquía seguirá enviando a sus militares y equipos a Idlib con el fin de garantizar la seguridad de los civiles en la región.
"Queremos defender a los civiles y lograr la estabilidad en la zona", constató.
Al mismo tiempo Kalin subrayó que Ankara no está interesada en agravar las relaciones con Rusia por la situación en Idlib y enfatizó que los dos países acordaron continuar sus consultas sobre Siria.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y a grupos terroristas.
La tensión en la zona desmilitarizada de Idlib, creada en 2018 por un acuerdo entre los presidentes de Rusia y Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, aumentó a principios de febrero debido a un intercambio de ataques entre los militares turcos y sirios.
Turquía informó de una quincena de militares fallecidos por ataques del Ejército sirio, y estimó en más de un centenar las bajas en el otro bando, sin que Damasco haya confirmado hasta ahora la muerte de sus militares.
El 12 de febrero, el presidente turco afirmó que Siria y Rusia están atacando "principalmente a civiles" en Idlib para ocupar esa región y obligar a los residentes a trasladarse a las fronteras turcas, acusación que Moscú refutó al subrayar que las operaciones rusas y sirias van dirigidas únicamente contra los terroristas.
Siria rechaza la presencia turca, que considera una "agresión" contra su soberanía.