Durante el ataque aéreo de Israel del 6 de febrero, mientras los medios de defensa antiaérea sirios disparaban misiles para defenderse, un avión de pasajeros Airbus A320 estaba aterrizando en el aeropuerto internacional de Damasco.
Gracias a la pronta reacción de los operadores aéreos del aeropuerto y al sistema automatizado de control del tráfico aéreo, se logró sacar al avión de pasajeros de la zona de operación de la defensa antiaérea. La aeronave aterrizó en la base rusa de Hmeymim.
El Ministerio de Defensa ruso reaccionó con dureza a las acciones israelíes y subrayó que los radares israelíes veían claramente la situación aérea, pero aun así decidieron atacar, utilizando un avión civil de pasajeros para cubrirse y bloquear la respuesta de las fuerzas de defensa antiaérea sirias.
Las acciones de la Fuerza Aérea Israelí parecen especialmente cínicas en el contexto de la reciente tragedia en Teherán, cuando un sistema de defensa antiaérea de Irán derribó accidentalmente un Boeing-737 de Ukrainian International Airlines, mientras esperaba un ataque de Estados Unidos en medio de una escalada del conflicto entre los dos países. La tragedia del 8 de enero dejó un saldo de 176 muertos.