"El secretario general vuelve a llamar al cese inmediato del fuego en Libia y a la reanudación del diálogo político. Cualquier apoyo extranjero a las partes beligerantes agravaría aún más el conflicto y dificultaría la búsqueda de una solución pacífica y política", dice la declaración.
Para Guterres, la estricta observancia del embargo de armas es sumamente importante para crear condiciones favorables que conduzcan al cese de las hostilidades en Libia.
El Gobierno libio de Unidad Nacional, de Fayez al Sarraj, firmó a finales de noviembre pasado un acuerdo de cooperación militar con Turquía y solicitó en diciembre su apoyo aéreo, naval y terrestre para hacer frente a la ofensiva lanzada contra Trípoli por el Ejército Nacional Libio, que controla el este.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales, el surgimiento de grupos yihadistas y de mafias que se dedican al tráfico de migrantes irregulares de África a Europa.
A principios de abril pasado, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que el mariscal Jalifa Haftar ordenara a sus tropas una ofensiva para liberar a Trípoli de "terroristas".