"Llamo con insistencia a todas las partes a evitar en futuro incidentes que presenten una grave amenaza para la seguridad regional", dijo Stoltenberg citado por su servicio de prensa.
Condenó los ataques a las instalaciones petroleras civiles en Arabia Saudí al añadir que "cualquier interrupción de los suministros globales de hidrocarburos obviamente provoca preocupaciones de todos los aliados de la OTAN".
El 14 de septiembre, las instalaciones petroleras de la compañía Saudi Aramco en los distritos de Abqaiq y Khurais, en el este de la península Arábiga, fueron atacadas con drones.
Ese ataque contra Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de petróleo, fue reivindicado por los rebeldes hutíes de Yemen, pero Estados Unidos y la coalición árabe liderada por Riad acusan a Irán de estar detrás de la agresión.
Teherán, por su parte, rechaza esas acusaciones.
El mercado reaccionó al ataque con una subida drástica de los precios de petróleo Brent, de 60 dolares por barril hasta más de 69, es decir en un 15%.