En medios políticos de su entorno se afirma que Netanyahu está considerando seriamente la posibilidad de convocar nuevas elecciones debido a las dificultades que encuentra para realizar la misión que por segunda vez le encomendó el presidente Reuven Rivlin a mediados de mayo.
El problema es que los partidos ultraortodoxos, que disponen de 13 diputados en la Knéset, se oponen a esta iniciativa.
Netanyahu necesita tanto a los partidos ultraortodoxos como a Israel es Nuestra Casa para formar una coalición estable.
Si Netanyahu no logra persuadir a Lieberman en los próximos días, lo más probable es que se convoquen unas nuevas elecciones después del miércoles.
Además: "Todo lo que hace Netanyahu va en contra del Derecho Internacional"
Las posibilidades de que la oposición pueda formar un gobierno alternativo son inexistentes puesto que Lieberman dijo en más de una ocasión que en ningún caso apoyará al partido Azul y Blanco, la principal fuerza de la oposición.