"La Oficina de los Derechos Humanos de la ONU está extremadamente preocupada por la escalada militar en el noroeste de Siria, pese al anuncio de un nuevo cese al fuego de 72 horas", dice el comunicado.
"Mientras cualquier acuerdo para cesar hostilidades y proteger a los civiles es bienvenido y valorado, esos pactos de tregua no excluyen que en un futuro próximo las fuerzas gubernamentales y sus aliados lancen una ofensiva a gran escala para retomar la gobernación de Idlib y las áreas cercanas", subraya el texto.
Apunta que "la situación sigue siendo volátil y la posibilidad de nuevas hostilidades es alta, lo que empeora el futuro para unos 3 millones de civiles atrapados en el fuego cruzado".
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La Acnudh indicó que "entre el 8 y el 18 de mayo se detectaron múltiples ataques lanzados por las fuerzas progubernamentales, que provocaron al menos 56 civiles muertos —incluidas muchas mujeres y menores— y causaron graves daños a cinco colegios y un hospital".
"Durante el mismo período se informaron de ataques de los grupos armados no gubernamentales que provocaron 17 civiles fallecidos, en la mayoría mujeres y niños", afirmó.
De acuerdo con los datos de la Acnudh, "desde que empezó la reciente escalada militar a finales de abril, al menos 105 civiles fueron asesinados, y al menos 200.000 personas huyeron de las hostilidades en el sur de Idlib y el norte de Hama".
La Oficina de los Derechos Humanos de la ONU también expresó su preocupación por "el destino de las personas que permanecen en el campo de Al Hol, en la gobernación de Al Hasaka, en el noreste del país".
"De momento el campamento acoge a más de 70.000 personas que viven en condiciones extremas", señaló.
El 19 de mayo, el Centro ruso para la Reconciliación en Siria anunció que a partir del 18 de mayo las Fuerzas Armadas de Siria cesaron las hostilidades de manera unilateral en la zona de distensión de Idlib.
Al mismo tiempo constató ataques continuos de los grupos armados ilegales, lanzados contra la población civil en las provincias de Hama, Latakia y Alepo.
