Abu Bakr dijo a la agencia Maan que las negociaciones "llegaron a un callejón sin salida" al rechazar el servicio penitenciario las demandas de los prisioneros.
Alrededor de 120 prisioneros iniciaron inmediatamente la huelga de hambre y dejaron de beber agua, y se espera que otros prisioneros se sumen al llamado en los próximos días.
Abu Bakr responsabilizó del fracaso al Gobierno israelí, afirmando que las autoridades penitenciarias cancelaron los pactos a los que con anterioridad habían llegado con representantes de los prisioneros.
Entre esos acuerdos figuraba una regulación de los teléfonos fijos dentro de las prisiones y el fin del aislamiento de varios prisioneros palestinos.
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