"Solo puedo aplaudir esa decisión que corresponde a la necesidad sobre la que recordamos constantemente: estar al lado de las FDS [Fuerzas Democráticas Sirias] y los que luchan en el terreno contra el Estado Islámico [ISIS, según su acrónimo árabe, grupo terrorista prohibido en Rusia y otros países]", dijo en una rueda de prensa al término de las negociaciones con el presidente iraquí, Barham Salih.
El 22 de febrero la agencia Reuters comunicó que EEUU mantendrá en Siria unos 400 efectivos tras la retirada de sus tropas; de momento 2.000 militares norteamericanos se encuentran en el país árabe.
De esos 400, 200 permanecerán en la base estadounidense en Al Tanaf, cerca de la frontera con Irak y Jordania, y 200 militares en el noreste de Siria formarán parte de una misión de los aliados europeos de EEUU, que contará con entre 800 y 1.500 militares y se dedicará a monitorear la futura zona segura.
Más tarde, la Casa Blanca precisó que el repliegue de las tropas estadounidenses no significaba el fin de la misión de la coalición internacional antiterrorista, que lleva a cabo sus operaciones en Siria desde 2014 sin el consentimiento de Damasco.
Varios países, entre ellos Francia, lamentaron la decisión de Trump, al apuntar que la retirada de las tropas de EEUU deja sin protección a los kurdos de las FDS, principales aliados de la coalición en la lucha contra Daesh, que protagonizaron la liberación de los yihadistas de la ciudad siria de Al Raqa en 2017.