"Unas 7.000 familias siguen en la zona de distensión de Idlib", dijo Sadun durante su visita a los centros de alojamiento temporal de refugiados en la ciudad siria de Hama.
El político destacó que el principal problema de los desplazados internos es recuperar los documentos, sin los cuales no se les puede ayudar.
Durante siete años en Idlib creció una "generación de niños indocumentados", concluyó Sadun.
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Según el Centro ruso para la Reconciliación en Siria, desde marzo de 2018, unas 44.000 personas se retiraron de la zona de distensión de Idlib a través del puesto de control de Abu al Dujur.
Hasta la fecha, la provincia está controlada por una cantidad de bandas armadas ilegales con un total aproximado de 30.000 militantes, incluidos mercenarios extranjeros.
Rusia y Turquía firmaron un acuerdo en septiembre de 2018 para la creación de la zona desmilitarizada en la gobernación de Idlib, a la que se habían ido trasladando los grupos rebeldes reacios a abandonar la lucha armada contra el Gobierno sirio.
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Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y a organizaciones terroristas.
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, patrocinada por la ONU, y la de Astaná, auspiciada por Rusia, Turquía e Irán, países garantes del alto el fuego en Siria.