"Las provocaciones de la Fuerza Aérea de Israel de la noche del 25 de diciembre, cuando seis aviones F-16, que se encontraban en el espacio aéreo del vecino Líbano, realizaron un ataque contra el territorio de Siria, crearon amenaza directa para dos aviones de pasajeros", dijo Konashénkov.
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Añadió que la aviación israelí durante el ataque usó 16 bombas GBU-39.
Konashénkov precisó que "el ataque de la Fuerza Aérea israelí fue cometido cuando estaban aterrizando aviones de pasajeros, que no eran rusos, en los aeropuertos de Beirut y Damasco".
Por su parte el portavoz del Ejército israelí, Jonathan Conricus, rehusó comentar esta declaración de los militares rusos.
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"Sin comentarios", dice el mensaje de Conricus en respuesta a la solicitud de Sputnik de comentar las palabras del portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Ígor Konashénkov.
La mayoría de los proyectiles israelíes fueron derribados, tres militares sirios resultaron heridos.
Los israelíes no rechazan ni tampoco reconocen su implicación en el ataque aéreo contra el país vecino.
En cambio, afirman que usaron su propio sistema de defensa antiaérea para interceptar un misil sirio.
