"Un intento de llevar explosivos al Líbano se frustró después de seguir a un ciudadano sirio durante 10 meses, la dirección del grupo terrorista estaba en Idlib, en el norte de Siria", comunicó Machnouk.
El ministro también comunicó que durante diez meses el sospechoso mantuvo contactos con sus jefes de Idlib y subrayó que los servicios de seguridad se sorprendieron al descubrir que los líderes del grupo y su sede estaban ubicados en la provincia norteña de Siria.
"Fue una de las operaciones más duraderas de las fuerzas de seguridad y salvó al Líbano de al menos dos fuertes explosiones", puntualizó el ministro.
La gobernación de Iblib es el último gran bastión de las facciones armadas de la oposición siria y de los grupos terroristas.
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Según estimaciones de la ONU, en Idlib se encuentran atrincherados unos 10.000 terroristas del Frente al Nusra y Al Qaeda (grupos proscritos en varios países, incluida Rusia).