"No es posible que el Estado se lave las manos por el comportamiento de esas personas. Estaban representando al Estado cuando actuaron como actuaron", dijo Callamard a periodistas.
El 2 de octubre, Khashoggi ingresó al consulado de Arabia Saudí en Estambul para recibir documentos para su matrimonio.
"Arabia Saudí hasta admitió que el crimen fue premeditado (…) En mi opinión, esto tiene todas las características de las ejecuciones extrajudiciales. Hasta que se demuestre lo contrario, debo asumir que este fue el caso. Depende del reino de Arabia Saudí demostrar que no fue así", dijo Callamard.
La relatora agregó que llegó a la conclusión de que los funcionarios del Gobierno saudí que habían orquestado el asesinato de Khashoggi tenían una posición lo suficientemente alta como para representar al Estado y que ella no tenía información de que habían actuado por cuenta propia.
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Anteriormente, el fiscal general saudí, Saud Mujib, dijo que el asesinato de Khashoggi, residente de EEUU y crítico de Arabia Saudí, fue premeditado.