Los líderes de Rusia, Turquía e Irán, Vladímir Putin, Recep Tayyip Erdogan y Hasan Rohaní, reunidos en Teherán, debatieron la situación en Idlib y la perspectivas de eliminación de la crisis siria.
"Francia sigue con preocupación el desarrollo de la situación en Idlib, lamentamos que los países que asumieron voluntariamente los compromisos sobre la distensión no hayan podido acordar el cese del fuego", dijo el portavoz agregando que "una ofensiva a gran escala contra Idlib tendría consecuencias catastróficas".
El diplomático reveló que a París le preocupa especialmente "la perspectiva de reanudación del uso de armas químicas" por Damasco.
"Exhortamos a los garantes a continuar las negociaciones para mantener el régimen del cese del fuego, Francia apoya en este asunto al secretario general de la ONU y a su enviado especial, Staffan de Mistura, que se pronuncian a favor de continuar el diálogo y proteger a la población civil", subrayó.
En 2017, el territorio de Idlib comenzó a formar parte de la zona de distensión del norte de Siria patrocinada por Turquía, que junto con Rusia e Irán actúa como garante de la tregua establecida a finales de 2016.
Damasco declaró en julio pasado que se reserva el derecho de usar la fuerza militar para recuperar la provincia de Idlib si esta rechaza la reconciliación.
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