"Estamos preparados ante cualquier evolución de la situación y suponemos que hasta 900.000 personas estarían obligadas a convertirse en desplazados internos, incluidas 700.000 personas en Idlib", dijo.
Conforme a los acuerdos de reconciliación, a esa provincia llegaron los miembros de los grupos radicales que se negaron a entregarse a las fuerzas gubernamentales en Alepo, Homs y Guta Oriental, Deraa y Al Quneitra, escenarios de operaciones antiterroristas.
En 2017, el territorio de Idlib comenzó a formar parte de la zona de distensión del norte de Siria patrocinada por Turquía, que es junto con Rusia e Irán garante de la tregua establecida a finales de 2016.
Damasco declaró en julio pasado que se reserva el derecho de usar la fuerza militar para recuperar la provincia de Idlib si esta rechaza la reconciliación.
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A finales de agosto, el Ministerio de Defensa ruso denunció que los terroristas del Frente al Nusra intentan organizar una provocación en esa provincia con el fin de acusar a Damasco del uso de armas químicas contra civiles.
El portavoz del ente, Ígor Konashénkov, advirtió que la coalición encabezada por EEUU utilizaría ese "montaje" como pretexto para atacar las instalaciones del Estado sirio.