"Detectamos la escalada de tensiones en las provincias septentrionales, en particular debido a ataques de los talibanes contra la base del Ejército afgano en el distrito de Ghormach, en la provincia de Fariab, donde al menos 17 militares fueron asesinados y otros 20 resultaron heridos", dijo Zajárova en una rueda de prensa.
Agregó que Moscú sigue "con preocupación la situación en la provincia de Gazni donde el movimiento Talibán logró ocupar y llevar unos días controlando la mayor parte del homónimo centro administrativo".
La diplomática afirmó que las hostilidades a gran escala se están llevando a cabo simultáneamente en distintas partes del país al destacar que el Ejército y la policía a duras penas mantienen el control de la situación.
Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanza Talibán y, desde 2015, el grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico), ambos proscritos en Rusia, pese a la presencia militar de EEUU y otros países de su órbita.
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Según la ONU, solo en la primera mitad de este año la violencia en Afganistán provocó casi 1.700 civiles muertos y más de 3.400 heridos.