Según el experto, EEUU y algunos países europeos están preocupados por un funcionamiento eficiente de las consultas de Astaná.
"Una comunicación eficiente y la discusión de unos procesos vitales para Siria y la región durante las consultas de los líderes de Turquía, Rusia e Irán, preocupan mucho a las potencias occidentales: EEUU, Francia y el Reino Unido. Por lo tanto, se propusieron destruir el formato de Astaná e intentaron atraer a Ankara —el eslabón que más se deja influenciar— con su retórica contra Asad", explicó.
Hasán Unal opinó que de esta manera, estos países occidentales están tratando de atraer la atención de Turquía con sus promesas de volver a plantear la destitución de Asad.
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Sin embargo, según el analista, el derrocamiento de Asad y la consiguiente división de Siria anularían por completo todos los logros de Turquía durante sus operaciones en Afrín y Yarábulus.
"En las condiciones actuales, la idea de destituir a Asad parece extremadamente cuestionable. Es que, en el caso de que las posiciones de las autoridades centrales sirias se debiliten, el país se dividirá. Y esto, a su vez, reducirá al mínimo todos los éxitos logrados por Turquía durante las operaciones Escudo del Éufrates y Rama de Olivo, ya que abrirá el camino a la inclusión de una u otra forma en el sistema internacional de la estructura kurda establecida por el Partido de la Unión Democrática (PDS)".
Teniendo en cuenta estos factores, el Gobierno de Turquía, por una parte, sigue utilizando una retórica dura contra Damasco, y por otro, demuestra el deseo de continuar la cooperación con Rusia e Irán en el formato de Astaná. "Este deseo de Ankara significa también su intención de proteger la integridad territorial del estado sirio", enfatizó el experto.
"De esta manera, señala la necesidad de que Rusia y EEUU lleguen a un compromiso para evitar la transformación de la tensión en una guerra".
Para Unal, el deseo de Turquía de evitar la guerra significa que se niega al apoyo de los intentos de derrocar a Assad. "Y esta es una señal positiva", añadió.
No obstante, Erdogan volvió a usar una retórica dura contra Asad en el mismo discurso. El analista opinó que estos "ataques" contra el mandatario sirio continuarán hasta las elecciones presidenciales en Turquía.
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"Estas declaraciones deben considerarse como una herramienta electoral política interna para influir en el electorado. Después de las elecciones, muchas cosas pueden cambiar, en particular, puede haber un giro gradual hacia un diálogo con las autoridades sirias. Y este sería el paso más correcto y razonable para Turquía", concluyó.