Según el texto, Washington "continúa siguiendo de cerca los informes preocupantes del 7 de abril sobre un nuevo ataque con armas químicas, esta vez contra un hospital en Duma, Siria".
"Estos informes, si se confirman, son horrorosas y exigen una respuesta inmediata de la comunidad internacional", dice la nota.
En el texto Nauert indicó que "el régimen de (el presidente sirio, Bashar) Asad y sus defensores deben rendir cuentas de sus acciones y los futuros ataques deben ser prevenidos".
En este sentido apuntó a "Rusia, que con su determinado apoyo al régimen, al fin y al cabo asume la responsabilidad por estos ataques crueles dirigidos contra numerosos civiles".
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"Estados Unidos llama a Rusia a poner fin a este apoyo categórico de inmediato y cooperar con la comunidad internacional para prevenir bárbaros ataques con armas químicas en el futuro", concluye la nota.
El sábado 7 un representante del Departamento de Estado de EEUU comunicó a Sputnik que Washington recibió numerosos informes "preocupantes" sobre posible uso de armas químicas en Duma que supuestamente provocó al menos 40 muertos y 100 heridos.
Mientras la agencia siria SANA comunicó, citando a una fuente gubernamental, que los radicales del grupo Yeish al Islam divulgan noticias falsas sobre un presunto uso de armas químicas en la localidad de Duma para detener la ofensiva exitosa del Ejército de Siria.
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En abril del año pasado Estados Unidos lanzó un bombardeo de misiles contra la base de las tropas gubernamentales en Shairat, provincia de Homs, después de que la oposición siria denunciara 80 muertos y 200 heridos tras supuesto ataque con armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun de la provincia de Idlib (noroeste).
Entonces EEUU reaccionó sin investigar lo ocurrido, y la investigación realizada más tarde por la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), según Moscú y Damasco, no presentó pruebas irrefutables de la culpa del Gobierno sirio.
Tanto Damasco como Moscú insistieron en que fue un montaje de la oposición armada que EEUU aprovechó para atacar la base siria de importancia estratégica, señalando que el bombardeo norteamericano coincidió con la ofensiva de los terroristas contra las tropas gubernamentales.