El acuerdo también contempla que Israel expida visados de estancia en el país a varios miles de refugiados, una cantidad "similar" a los deportados, como contrapartida a la deportación acordada con la ONU.
Los refugiados que se queden en Israel (a quienes las autoridades locales prefieren llamar "infiltrados") si reúnen una serie de condiciones que todavía se desconocen, recibirán un visado temporal para permanecer en Israel por cinco años.
La oficina de Netanyahu dijo que, cuando se aplique, el acuerdo cambiará "significativamente" la situación en los barrios del sur de Tel Aviv, que es la zona del país donde se concentran más refugiados africanos, y también donde más protestas hubo en los últimos años contra la presencia de los refugiados.
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En los pasados meses Israel intentó deportar a los refugiados de estos dos países a Ruanda y Uganda, aunque por distintas razones no se pudo concretar este plan.
Las autoridades israelíes estiman que en el país hay 39.000 refugiados de Eritrea y Sudán.