Netanyahu agregó que es importante "coordinar" con Washington la aprobación de una ley sobre esta cuestión que debería pasar la Knéset, si bien otra posibilidad que cuenta con muchos apoyos es dejar que sea el gabinete israelí quien apruebe la anexión.
Dentro del Likud existe una creciente urgencia de sus diputados sobre este tema, mientras que Netanyahu trata de frenar esos deseos hasta atar la iniciativa con Estados Unidos. Otros partidos de la coalición, como La Casa Judía, también están presionando a Netanyahu.
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Este fin de semana, en una entrevista con Israel Hayom, un diario de Tel Aviv alineado con Netanyahu, Donald Trump advirtió que las colonias judías constituyen un problema serio para alcanzar la paz.
"Los asentamientos complican, y siempre complicaron, el trabajo de hacer la paz, de manera que Israel debería obrar con mucha cautela en este asunto", dijo Trump.
Pero al mismo tiempo, los políticos israelíes de la derecha son conscientes de que Trump es un presidente que está afinando su sintonía con ellos y puede dar ese "paso histórico".
La amplitud de la extensión de la soberanía es un tema que deberá decidirse más adelante en la Knesét, antes de su primera lectura en el pleno de la cámara.
Netanyahu, que muestra mucho interés en esta cuestión, y en el pasado frenó una propuesta para incluir la gran colonia de Maale Adumim en el municipio de Jerusalén, quiere andarse con cuidado en las formas, aunque es el primer valedor de la iniciativa.
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La diputada del opositor Campo Sionista Tzipi Livni, relacionó el empuje que está poniendo Netanyahu en este asunto con los casos de corrupción que le acechan. Según Livni, estas iniciativas conducirán a un "desastre".