En los últimos años, los países árabes han gastado alrededor de 700.000 millones de dólares en contratos militares.
Como resultado de la exacerbación de la situación propiciada por EEUU, las armas adquiridas por los países de la región siguen sin usarse en el desierto y, con el paso del tiempo, se convierten en una ruina de metal, declaró Jaber.
"Últimamente Estados Unidos ha permitido que los países árabes amplíen su arsenal castrense y adquieran armas de los países europeos, como Rusia o Francia. Pero estos representan una parte minúscula [de las importaciones], mientras EEUU sigue siendo el proveedor principal", indicó.
Jaber aseguró que Washington sabe cómo se puede persuadir a los países árabes a incrementar los gastos militares. Estados Unidos alienta las tensiones en la región para controlar el mercado y continuar así vendiendo sus armas. Según aclaró el entrevistado, esta fue la razón que se ocultaba tras la guerra de Irak.
El entrevistado comentó el reciente trato de compra de armas francesas por parte de Catar por una cantidad cercana a los 12.000 millones de euros —14.160 millones de dólares—. En su opinión, con este movimiento, Doha trata de sacar músculo militar.
Catar busca hacerse con la mayor cantidad posible de aliados para contrarrestar al resto de los países del golfo Pérsico, concluyó Jaber.
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