"Antes de la crisis los ingresos mensuales de la región del Kurdistán se situaban en 800 millones de dólares, sin embargo por la reducción de las exportaciones de petróleo y como consecuencia de los acontecimientos actuales los ingresos se redujeron hasta 300 millones de dólares o menos", dijo.
Sabir recordó que Bagdad no paga salarios a los habitantes del Kurdistán, mientras el presupuesto de la autonomía no es suficiente para realizar este tipo de pagos.
Según el diputado, es imposible resolver el problema económico, sin que sean resueltos los problemas militar y político.
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El conflicto entre el Gobierno central y el Kurdistán se agudizó tras el referéndum del 25 de septiembre, en el que un 93% de los electores, según datos oficiales kurdos, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia.
El 16 de octubre, el primer ministro y comandante supremo de las Fuerzas Armadas de Irak, Haider al Abadi, lanzó una operación para recuperar la provincia controlada desde 2014 por los peshmerga, como se conoce a las milicias kurdas.
Ese mismo día los militares iraquíes tomaron el control de Kirkuk y varias instalaciones estratégicas.