"El secretario está haciendo llamadas a la región, creo que hizo cuatro [llamadas]", dijo Nauert, quien agregó que "todo el Gobierno de EEUU está observando la situación muy de cerca".
El 16 de octubre, los militares iraquíes tomaron el control sobre la ciudad de Kirkuk, donde se decretó el toque de queda.
También establecieron el control sobre una serie de centros estratégicos en la provincia homónima tales como yacimientos petrolíferos, la central eléctrica y la base militar, entre otras.
El mismo 17 de octubre el portavoz del Ministerio de Petróleo de Irak, Asem Yihad, confirmó que las autoridades en Bagdad controlan actualmente todos los yacimientos petrolíferos de la provincia.
El conflicto entre Bagdad y Erbil se agudizó tras el referéndum independentista en el Kurdistán iraquí, en el que un 93% de los electores, según datos oficiales kurdos, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia.
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Las autoridades de Irak calificaron la consulta popular de ilegítima y subrayaron que no negociarán con el Gobierno autonómico kurdo ni reconocerán los resultados de la votación.