"Garantizamos a nuestro pueblo en el Kurdistán y Kirkuk que protegemos su seguridad e intereses y hemos cumplido únicamente con el deber constitucional para reestablecer la seguridad y el poder federal, y proteger la riqueza nacional de la ciudad", dice la nota del servicio de prensa de Abadi.
Bagdad quiere que Kikuk siga siendo "una ciudad de convivencia pacífica para todos los iraquíes", añade.
La noche del 15 al 16 de octubre, el primer ministro y el supremo comandante de Irak, Haider Abadi, lanzó una operación para restaurar la seguridad en la provincia de Kirkuk, disputada con el Kurdistán iraquí.
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El conflicto entre Bagdad y Erbil se agudizó tras el referéndum independentista en el Kurdistán iraquí, en el que un 93% de los electores, según datos oficiales kurdos, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia.
Las autoridades de Irak calificaron la consulta popular de ilegítima y subrayaron que no negociarán con el Gobierno autonómico kurdo ni reconocerán los resultados de la votación.