Más de 5.000 civiles han muerto en ataques de la misión encabezada por Estados Unidos contra baluartes yihadistas en Irak y Siria, según cifras independientes, mientras datos oficiales sugieren un número de cerca de 700. Aviones de combate y aviones no tripulados de la RAF fueron desplegados en la misión para recuperar el control de Mosul en Irak. Hasta 40.000 murieron en la batalla por Mosul según comunicaron los funcionarios de inteligencia kurdos a Independent, la mayoría por ataques aéreos internacionales y ataques de artillería sobre el terreno.
Según Jones, los jefes militares hacen todo lo posible para minimizar la pérdida de civiles en las misiones, pero añadió que "hay un precio que hay que pagar" por atacar a extremistas en las ciudades.
El general achaca mucha de la culpa de la muerte de víctimas inocentes a las estrategias de batalla utilizadas por los radicales antes de un ataque aéreo. La coalición admite que al menos 685 civiles han sido asesinados por sus ataques en Irak y Siria desde que comenzó su misión contra los baluartes de Daesh allí hace tres años.
Allan Hogarth, jefe de Defensa de Amnistía Internacional del Reino Unido, criticó la actitud del general: "En lugar de participar en una carrera de fondo, sería mejor que el general Rupert Jones gastara el tiempo pidiendo la adhesión a la Convención de Ginebra y hablando de qué más se necesita hacer para proteger a los civiles".
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