Expertos de HRW que entrevistaron a familiares, testigos y médicos y analizaron las imágenes disponibles llegaron a la conclusión de que se habían arrojado bombas de gran potencia sobre áreas donde aparentemente no había objetivos militares, salvo la casa de un combatiente hutí de bajo rango.
"Estos últimos ataques aéreos y su horrible costo para los niños deberían empujar al Consejo de Derechos Humanos (de la ONU) a denunciar los crímenes de guerra y actuar para investigarlos, asegurando que los culpables respondan", cita la nota a Sarah Leah Whitson, directora de Oriente Medio en Human Rights Watch.
Sus acciones ponen de relieve la necesidad de aprobar durante el período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU este septiembre una resolución para poner en marcha una investigación internacional sobre los abusos cometidos por todas las partes del conflicto yemení, dice el comunicado.