"Según la Unicef, durante la operación para la liberación de Mosul unos 3.800 niños resultaron separados de sus parientes (…) Rusia esclarece cuántos de esos niños son rusos o tiene raíces rusas", dijo Zajárova.
A la labor para identificar a los menores, señaló, se incorporaron el Ministerio de Exteriores, la embajada en Bagdad, el Consulado General en Erbil, el titular del Consejo presidencial para los derechos humanos, Mijaíl Fedotov; así como la responsable de los derechos del niño, Anna Kuznetsova.
"Todos estos esfuerzos se realizan en estrecha coordinación con las autoridades iraquíes", puntualizó.
A principios de agosto el líder de la república rusa de Chechenia, Ramzán Kadírov, publicó en su cuenta de Instagram un vídeo grabado en un orfanato en Bagdad, en el que aparecen menores rusos que fueron llevados a Irak por sus progenitores.
Más tarde, el líder checheno comunicó que cuatro de esos niños fueron reconocidos por sus parientes.
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Kuznetsova, a su vez, adelantó a mediados de este mes que cuenta con una lista de 350 niños rusos abandonados en Irak y Siria por sus padres yihadistas.
Gran parte, precisó, son habitantes de Chechenia y Daguestán, dos territorios rusos con poblaciones mayormente musulmanas.
