"Ya existen tres zonas de distensión y está creándose una cuarta zona en la región de Idlib (…) Espero que estos acuerdos sean refrendados próximamente en Astaná", dijo el canciller ruso en una rueda de prensa al término de su visita a Kuwait.
Asimismo, el diplomático ruso destacó que Rusia y Kuwait tienen posiciones muy cercanas sobre las crisis en Siria, Libia o Yemen.
"Tenemos posiciones muy afines en asuntos internacionales, yo diría coincidentes sobre los principales problemas que persisten en esta región, incluidos Siria, Libia y Yemen y la situación en torno a Catar, en la cual nuestros socios kuwaitíes buscan ser mediadores", dijo.
Además el ministro agregó que el intercambio comercial entre Rusia y Kuwait aumentó en 2016 en un 14% en relación con el año anterior, mientras en el primer semestre de este año se registró el crecimiento de un 43%.
"Estas cifras indican que pronto superaremos el nivel de más de 500 millones de dólares", observó Lavrov.
"El jefe de la Asamblea Nacional de Kuwait participará en octubre en la sesión de la Unión Interparlamentaria que se celebrará en Rusia", dijo.
A principios de mayo Rusia, Turquía e Irán —países garantes del alto el fuego que rige en Siria— firmaron en Astaná, capital de Kazajistán, un acuerdo para establecer en Siria cuatro zonas de distensión.
La creación de estas zonas contribuiría a cesar los enfrentamientos armados entre las fuerzas gubernamentales y las de la oposición, afianzar el armisticio vigente desde el 30 de diciembre y separar a los terroristas de la oposición moderada.
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La segunda zona de distensión, en Guta Oriental, empezó a funcionar el 22 de julio gracias a un acuerdo entre representantes del Ministerio ruso de Defensa y de la oposición moderada siria, y el 3 de agosto entró en vigor la tercera zona, que abarca el norte de la ciudad de Homs.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
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Las hostilidades causaron entre 300.000 y 400.000 muertos, según estimaciones de la ONU.