"Los terroristas utilizan la llamada táctica del enjambre, que consiste en lanzar ataques inesperados y caóticos, actuando en pequeños grupos altamente móviles y bien coordinados entre sí", dijo Kórobov en una mesa redonda celebrada en el marco del foro Army 2017.
Como resultado, señaló el general, se produce un efecto de ataque continuo, que extenúa, desmoraliza y le quita la iniciativa a las tropas.
"Los terroristas pueden pasar muy rápido de la táctica de guerrilla a la táctica de ataques frontales abiertos y viceversa, siempre actuando en grupo reducido y por sorpresa", subrayó.
"En Siria, los yihadistas instalan piezas de artillería y vehículos blindados en barrios residenciales cerca de las escuelas, hospitales, mezquitas y otras instalaciones de importancia social para así eludir los ataques de la aviación", apuntó.
Para retener los barrios ocupados —continuó el general— los terroristas construyen fortificaciones en las plantas bajas de los edificios y para comunicarlos excavan túneles y pasos subterráneos.
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"El resultado de estas y otras tácticas se consigue utilizando el factor sorpresa y coordinando minuciosamente los esfuerzos de los grupos terroristas", agregó el jefe de la Dirección General del Estado Mayor ruso.
