Este evento vuelve a celebrarse en Damasco tras seis años de parón.
El pabellón ruso que presenta las compañías nacionales se encuentra en el centro de la sede expositiva, junto a la entrada principal.
Una de las empresas rusas que opera en Siria, productora de equipos agropecuarios, presenta en la feria sus logros en el mercado sirio durante los últimos años.
"Llevamos más de dos años ejecutando el contrato de construcción de un molino en un poblado cercano a Tartus, con una productividad de 600 toneladas diarias; aproximadamente diez vagones diarios", declaró el director general de la compañía Sovokrim, Mujamed Temírov.
Según el empresario, "durante las acciones bélicas (en Siria) fueron destruidas una gran cantidad de empresas de procesamiento y almacenamiento de granos".
"Ahora la parte siria solicita restaurar alrededor de 50 instalaciones de este tipo", señaló.
Tras la liberación de los yacimientos que estaban en poder de los terroristas, las autoridades sirias buscan restaurar los pozos.
Según informó anteriormente el director general de ferias de Siria, Fares al Kartally, en la exposición de este año participan 43 países, y se estima que el evento será visitado por cerca de 70.000 personas.
Las autoridades sirias intentaron celebrar la feria el año pasado, pero tuvieron que descartar la idea debido a los ataques de los terroristas contra Damasco y sus alrededores.
Pese a ello, los extremistas intentaron este año frustrar la exposición, cuatro personas murieron y al menos otras cuatro resultaron heridas durante un ataque contra el centro expositivo, realizado desde las afueras de Damasco.
Los organizadores de la feria y representantes civiles y militares informaron que la situación fue controlada y la feria continuó celebrándose.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
Las hostilidades causaron entre 300.000 y 400.000 muertos, según estimaciones de la ONU.